María del Carmen Pérez Balderas
ID. 125088
Virus
Según el diccionario de la Real Academia Española un virus es un organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleídos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo.
Los virus son estructuras muy pequeñas. Su tamaño es aproximadamente entre los 24 a los 300 nanómetros que es una medida de longitud que equivale a la milmillonésima parte del metro. Por esta razón, fueron descubiertos muy tardíamente. La primera referencia sobre la existencia de los virus se debe al botánico ruso Dimitri Ivanovski en 1892. Denominó a estos agentes patógenos virus filtrables, después de hacer investigaciones sobre unos agentes y encontrándose con estos otros. Después en 1897, el microbiólogo holandés Martinus Beijerink realizó experimentos similares a los de Ivanovski, y llegó a desechar la idea de las toxinas, pues se trataba de un agente capaz de reproducirse, ya que mantenía su poder infeccioso de unas plantas a otras, sin diluirse su poder patógeno. Además, poco después, los microbiólogos alemanes Frederick Loeffler y Paul Frosch descubrieron que la fiebre aftosa del ganado era producida por un virus filtrable que actuaba como un agente infeccioso. En la década de los 30, con el uso de filtros de tamaño de poro inferior, con las técnicas de cultivo celular in vitro que permitían la obtención de gran cantidad de virus, con la ultra centrifugación y finalmente con el microscopio electronico y la difracción de rayos X, se logró visualizar a estos agentes. Los virus son cristalizables, como demostró W. Stanley en 1935. Al tener un volumen y forma idénticos, las partículas víricas tienden a ordenarse en una pauta tridimensional regular, periódica, es decir, tienden a cristalizar. Ninguno de los virus posee orgánulos que son una unidad estructural y funcional de una célula u organismo unicelular por ejemplo: las mitocondrias o el núcleo.
Un virus está compuesto por una molécula de ácido nucleído y una envoltura proteínica.
Virus antes o después de la célula.
Para muchos, los virus serían los primeros seres, en la historia de la evolución de lo inerte a lo vivo, que lograrían reunir con eficacia las funciones de replicación, transcripción y traducción. Serían, pues, los organismos menos evolucionados.
A otros, el hecho de que los virus solamente puedan realizar esas tres funciones vitales en el interior de células vivas, les lleva a pensar que los virus no pudieron existir antes de que aparecieran las primeras células, por muy simples que éstas fueran. Los virus serían formas regresivas de organismos celulares que se han adaptado de forma extrema al parasitismo.
“Algunos científicos (como Temin, en 1969) han postulado que los virus serían el resultado de la evolución de estas formas acelulares: los virus de ADN procederían de pro virus y plásmidos, y los de ARN, de los viroides. La cápsida de los virus sería un logro evolutivo por el que el material genético se vería protegido en su desplazamiento de una célula otra, y garantizaría el éxito de la infección. Por otra parte, las formas acelulares podrían haber nacido en el seno del medio celular, cuando unos determinados genes lograran autonomía respecto al funcionamiento del genoma celular; de esta manera, el origen de los virus no estaría ligado necesariamente a los episodios que acompañan a la aparición de la vida sobre la tierra.
Pero también podría hablarse de un proceso inverso: una pérdida de la cápsida reduciría a las unidades autónomas de replicación-transcripción-traducción a la condición de pro virus, plásmidos o viroides.
En conclusión, el descubrimiento de formas acelulares más sencillas que los virus nos ayuda a comprender mejor su naturaleza y significado biológico, pero nos mantiene en la duda de si estamos frente a los primeros organismos salidos de la materia inerte, o frente a formas regresivas resultantes de la especialización del parasitismo.” Según
http://www.higiene.edu.uy/cefa/Libro2002/Cap%201.pdf y
http://es.wikipedia.org/wiki/Virus.