Al querer buscar las relaciones existentes entre la biología y la música, en primera instancia, no vino nada a mi mente. Después de estar unos momentos pensándolo, puedo discernir algunos puntos de encuentro.
Es indudable que existe una biología de la música", dice el doctor Mark Jude Tramo, un neurobiólogo de la Universidad de Harvard. "La música es parte de la vida del ser humano tanto biológica como artísticamente", añade.
Hablando un poco sobre la parte fisiológica involucrada en la música, podemos mencionar que el cerebro crece en respuesta al entrenamiento musical, de la misma forma que los músculos aumentan con el ejercicio físico. En el Centro Médico Beth Israel Deaconess utilizaron la resonancia magnética para llegar a estas conclusiones. Vieron que el cerebelo -una zona del cerebro que contiene el 70% de las neuronas- era un 50% más grande en los músicos que en el grupo control. El cerebro responde directamente a las melodías. Se ha descubierto que hay un cambio en la actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en la emoción mientras se escuchaba música. El efecto depende de si la música resulta agradable o desagradable. Todo el mundo sabe que la música puede producir emociones fuertes, de hecho, a mediados del siglo XVII, esta teoría, llamada la “teoría de los afectos” tuvo gran auge, ya que por primera vez se le concedió a la música la capacidad de producir diferentes emociones y sentimientos en el escucha.
Otro aspecto relevante que debemos considerar es el lenguaje. Los animales nos comunicamos a través de sonidos. Los humanos hemos codificado nuestros sonidos y creamos un medio de comunicación que es propio para todos. Los lenguajes del mundo son en su esencia sonidos y no son universales, cada uno es propio de cierta región. Irónicamente, uno de los lenguajes humanos que sigue siendo universal es la música. Otras especies animales también se comunican a través de sonidos, y son el ritmo, la afinación y la melodía los elementos musicales que dan el significado a los sonidos.
Hablando un poco también a macro escala es importante mencionar que los ecosistemas son tan efectivos en su estructura porque llevan una armonía interna. Cada ser está donde debe estar y hay un completo balance entre cada uno de los organismos que en él habitan. Y no sólo los organismos vivos, los elementos abióticos también cumplen con su función, que directa o indirectamente es indispensable para el desarrollo y la supervivencia de todos y cada uno de los organismos que en él habitan. De igual forma, en la estructura musical existe un elemento al que llamamos "armonía", que nos da una concepción vertical de la música, es decir, cuando varios sonidos o tonos se sobrelapan y se tocan al mismo tiempo. Esta cualidad en la música es de suma importancia, ya que es lo que le da en gran medida el “cuerpo” a las creaciones musicales, es el sostén y la base de las composiciones.
Así como los sonidos que emitimos a través de nuestro sistema fonador pueden ser usados para comunicarnos a través de un sistema codificado, también podemos usar nuestro cuerpo como un instrumento musical. Cuando cantamos, cuando emitimos sonidos que llevan una cierta organización, y que están reunidos bajo una serie de estándares en la música, nuestro cuerpo, en su fisiología común, está funcionando como un instrumento musical.
De igual manera, y ya para concluir, es importante mencionar que los sonidos y la música existen porque podemos oírlos. Si no hubieran oídos en el mundo que escucharan, las vibraciones nunca se convertirían en sonidos. Gracias a que poseemos este bello sentido es que podemos gozar de las diferentes gamas tonales que existen en el mundo. Y como vimos un poco, es aún más complejo todo el proceso que debe pasar para que estas vibraciones se interpreten como sonidos, y para que nuestra mente capte todos los elementos que coexisten en el mundo de la música: ritmo, melodía y armonía.