domingo, octubre 26

El proyecto es encabezado por el científico estadounidense Craig Venter, que obtuvo fama mundial a causa de su anterior trabajo como director de la empresa Celera Genomics, que completó su propio proyecto privado de mapeo del genoma humano allá por el año 2.000.
El Dr. Venter, de 59 años de edad, ha cambiado desde entonces su área de trabajo, dedicándose al campo encargado de determinar las secuencias químicas que codifican la vida para intentar imitar esos procesos, diseñando y construyendo vida: “Tras aprender a leer el código genético, ahora queremos escribirlo”.
Este trabajo es un ejemplo extremo del nuevo y floreciente campo científico que se ha dado en llamar biología sintética. Se basa en los avances en tecnología informática que permiten de forma sencilla el ensamblaje de los elementos químicos básicos, llamados nucleótidos, que componen el ADN. Varios grupos científicos están intentando fabricar genes que no existan en la naturaleza, con la esperanza de construir microbios que realicen funciones útiles, tales como la producción industrial de compuestos químicos, la obtención de energía limpia o la fabricación de fármacos. El Dr. Venter y sus colegas están llevando esta tecnología a sus límites al intentar construir todo un genoma enteramente sintético.
El equipo de Venter está iniciando pequeños trabajos, encaminados a construir una versión más sencilla de la bacteria conocida como Mycoplasma genitalium, un residente común del tracto reproductivo humano. Esperan poder seleccionar el número mínimo de genes necesarios para darle aliento de vida al organismo. El M. genitalium es una bacteria unicelular que posee un solo cromosoma y 517 genes. Pero el equipo de Venter está simplificando la receta y cree que su versión será capaz de sobrevivir con un número reducido de genes, entre 250 y 400; cada uno de los cuales están creando ellos mismos, colocando los componentes químicos pieza a pieza.

1 comentario:

Unknown dijo...

Rosalba, buena aportación, pero repites material de otras aportaciones y parece más una nota periodística que una aportación crítica.
Calificación = 9