lunes, abril 21

Ética en Ciencias Biológicas

Sin duda alguna los avances obtenidos recientemente en las ciencias biológicas abren amplias perspectivas en este campo del conocimiento, a tal grado que en la actualidad están consideradas como las ciencias del futuro y las de mayor desarrollo en el próximo siglo. Como siempre sucede, hay quienes ven en ello a la panacea que resolverá, si no todos, muchos de los problemas que aquejan al mundo; pero también hay quienes consideran que causarán dificultades aun mayores de las que pueden solucionar
Nunca antes como ahora el desarrollo de las ciencias biológicas nos ofrece beneficios indudables. Los logros obtenidos en planificación familiar, reproducción asistida, elección del sexo, etc. dejan entrever que en breve será resuelta la problemática médico-científica asociada a la reproducción humana. Los avances de la ingeniería genética, tales como manipulación de genes, clonación, corrección de enfermedades y mejoramiento de los alimentos (tanto en cantidad, como en calidad) hacen pensar en la pronta solución de nuestros problemas de alimentación y salud.
La mayoría de los investigadores involucrados en estos avances descartan casi por completo una visión apocalíptica derivada de los progresos en biología y medicina; muy por el contrario, estiman que dentro de poco estos conocimientos se convertirán en realidades benéficas que formarán parte de las tecnologías de aplicación cotidiana, más aun algunos experimentos son ya aceptados por el público bajo ciertas condiciones.
No obstante lo anterior, también hay muchas voces discrepantes, incluyéndose entre ellas las de algunos científicos (Durán y Reichman, 1998), que además de disentir auguran que estos adelantos serán la causa para un incremento en la problemática social.
Ante opiniones tan dispares ¿Hay que abandonar las visiones con un trasfondo ético e ideológico catastrofista? o ¿Hay que permitir que el optimismo del científico motive nuestro accionar frente a los adelantos de la ingeniería genética y ambiental?

Los logros. Pros y contras
Las ciencias biológicas nos brindan, actual y potencialmente, la oportunidad de poder aumentar la producción de las cosechas, de utilizar tierras marginales y sitios degradados, obtener más alimentos a menor precio, proporcionar vacunas contra las enfermedades endémicas y epidémicas, salvar a las especies en peligro de extinción, restaurar ambientes degradados, así como cuidar mejor y hacer un manejo más adecuado de nuestros recursos naturales.
Ahora, la biotecnología es capaz de transferir el material biológico entre organismos muy distintos y traspasar las barreras de especies en lo que hoy conocemos como “trasplantes transgénicos”.
Las plantas transgénicas resistentes a las enfermedades, a los insectos, al frío, a los insecticidas, y con poca o ninguna necesidad de fertilizantes, ofrecen una enorme promesa comercial junto con los beneficios aparentes para los productores de alimentos y para los consumidores. Según se prevé su cultivo promoverá el uso más eficiente de la tierra, cosechas más abundantes y mejores métodos para el control de plagas y enfermedades.
Las prácticas de la ingeniería genética sobre los animales también abren la perspectiva de una producción más abundante de alimentos y material biológico de alto valor médico. Los animales transgénicos ofrecen potencialmente una vía para obtener proteínas terapéuticas y suministrar los órganos necesarios para trasplantes en seres humanos. La manipulación genética permite diseñar modelos animales con el fin de estudiar y reproducir los síntomas de enfermedades humanas como la fibrosis cística y el enfisema pulmonar.
La reciente clonación de un ratón, además de confirmar la autenticidad de Dolly, promete una vía más rápida para la creación y clonación de los animales transgénicos. Apunta también hacia la posibilidad médica de corregir deformaciones genéticas en las células del paciente y multiplicarlas para suministrar un tratamiento (como sería el caso de las neuronas en la enfermedad de Parkinson) y hacia el trasplante de órganos de otras especies a los seres humanos.
Las nuevas tecnologías aún no son seguras ni efectivas en sus aplicaciones en los animales. Numerosos experimentos fracasan; muchos animales clonados vienen al mundo enfermos, malformados o con sobrepeso; todavía no se conoce el impacto que la clonación tendrá en los procesos de crecimiento, salud, envejecimiento o en la conducta de los animales. Salen a la luz pública los grandes éxitos y los impresionantes fracasos; sin embargo, en la experimentación con animales existe todo un gradiente entre estos extremos el cual prácticamente esta confinado a los laboratorios.
La historia nos enseña que este tipo de actitudes sólo han promovido abusos y fomentado el oscurantismo, pero la ciencia siempre ha logrado salir adelante. Lo que antes se consideraba como una herejía (la autopsia de un cadáver) ahora es una práctica universalmente aceptada, lo que antes atentaba en contra de la integridad humana (trasplantes de órganos) ahora es una técnica de uso común que permite salvar muchas vidas. En fin, no existe ni un ejemplo histórico de una tecnología importante que a pesar de sus riesgos inherentes, no se haya utilizado una vez descubierta.
El futuro de la tecnología genética depende totalmente del ser humano y de una discusión acerca de los valores, leyes y creencias. Más que preocuparnos por el mal uso que pueda hacerse de las mismas, debemos preocuparnos para que en el corto tiempo las técnicas estén al alcance de todas las personas sin importar su nivel social o económico y que no sea solamente una elite la que tenga acceso a este “privilegio”.
Frente a las posibilidades que abre la biotecnología se ha formado una gran industria ética, se gastan grandes cantidades de dinero en proyectos, conferencias y reuniones, se forman comités éticos, se toman posiciones, se hacen declaraciones; los filósofos discuten casos de una sutileza exquisita olvidándose cuidadosamente de la dimensión política y económica de la investigación científica.
La ética debe de ir más allá, debe propiciar y guiar la discusión sobre estos temas y servir de vínculo para su concreción en una legislación más actual y en armonía con la sociedad.
Debe crear conciencia para hacer un uso adecuado de las mismas con el propósito de minimizar al máximo los riesgos que conllevan. Debe proporcionar las bases para una adecuada toma de decisiones en salud humana y en el manejo y mantenimiento de nuestros recursos naturales.
Durante los próximos años debemos discernir, desde el imperativo de la ética, dónde debemos ir y a dónde no debemos llegar en el uso de estas nuevas tecnologías. La reflexión sobre las implicaciones éticas, sociales y legales de los avances en las ciencias biológicas es imprescindible para poder afrontar las incertidumbres sobre las condiciones de la evolución de nuestra conducta en nuevos entornos y frente a nuevas opciones y alternativas.
Edurne Ocejo ID 129711


http://www.ub.es/prometheus21/articulos/eticaybio.pdf

1 comentario:

Unknown dijo...

Edurne, muy buena contribución.
Calificación = 10